viernes, 27 de junio de 2008

Depresion Adolescente


Causas, incidencia y factores de riesgo

La depresión puede ser una respuesta temporal a muchas situaciones y factores de estrés. En adolescentes, el estado anímico depresivo es común, debido al proceso normal de maduración, al estrés asociado con éste, a la influencia de las hormonas sexuales y a los conflictos de independencia con los padres.

También puede ser una reacción a un suceso perturbador, como la muerte de un amigo o pariente, la ruptura con la novia o novio o el fracaso en la escuela. Los adolescentes que presentan baja autoestima, que son muy autocríticos o que perciben poco sentido de control sobre los eventos negativos presentan un riesgo particular de deprimirse cuando experimentan eventos estresantes.

A menudo es difícil diagnosticar la verdadera depresión en adolescentes, debido a que su comportamiento normal se caracteriza por altibajos en el estado anímico Estos estados de ánimo pueden alternar en períodos de horas o días.

La depresión anímica persistente, el rendimiento escolar inestable, las relaciones caóticas con familiares y amigos, la drogadicción y otros comportamientos negativos pueden indicar un episodio depresivo serio. Estos síntomas pueden ser fáciles de reconocer, pero la depresión en los adolescentes, con frecuencia, comienza de manera muy diferente a estos síntomas clásicos.

El hecho de dormir mucho, un cambio en los hábitos alimentarios, incluso la conducta delictiva (como el hurto) pueden ser signos de depresión. Otro síntoma común de la depresión adolescente es una obsesión con la muerte, que puede tomar la forma ya sea de pensamientos suicidas o temores acerca de la muerte y del mismo hecho de morir.

Las niñas adolescentes presentan el doble de posibilidades de experimentar depresión que los niños.

Entre los factores de riesgo se encuentran:

  • Eventos estresantes de la vida, en particular la pérdida de uno de los padres por muerte o por divorcio
  • Maltrato infantil, tanto físico como sexual
  • Atención inestable, falta de habilidades sociales
  • Enfermedad crónica
  • Antecedentes familiares de depresión

La depresión también está asociada con trastornos en la alimentación, particularmente bulimia.

Síntomas

  • Estado de ánimo depresivo o irritable
  • Mal genio, agitación
  • Pérdida del interés en actividades
  • Disminución del placer en las actividades diarias
  • Cambios en el apetito, por lo general pérdida del apetito pero a veces aumento del mismo
  • Cambios de peso (aumento o pérdida de peso en forma involuntaria)
  • Dificultad para conciliar el sueño o para permanecer dormido (insomnio) persistentes
  • Somnolencia diurna excesiva
  • Fatiga
  • Dificultad para concentrarse
  • Dificultad para tomar decisiones
  • Episodios de pérdida de la memoria
  • Preocupación por sí mismo
  • Sentimientos de minusvalía, tristeza u odio hacia sí mismo
  • Sentimientos de culpabilidad excesivos o inapropiados
  • Comportamiento inadecuado (incumplimiento de toques de queda, actitud desafiante poco común)
  • Pensamientos sobre suicidio o miedos o preocupaciones obsesivos sobre la muerte
  • Planes para cometer suicidio o intentos reales de suicidio
  • Patrón de comportamiento exageradamente irresponsable

Si estos síntomas persisten por lo menos dos semanas y causan una significativa perturbación o dificultad para desempeñarse, se debe buscar tratamiento.

Signos y exámenes

El médico llevará a cabo un examen físico y ordenará exámenes de sangre para descartar causas médicas para los síntomas.

El médico igualmente evaluará al adolescente en búsqueda de signos de drogadicción. El alcoholismo, el consumo frecuente de marihuana y de otras drogas pueden ser causados u ocurrir debido a la depresión.

Asimismo, se llevará a cabo una evaluación psiquiátrica para documentar los antecedentes de tristeza, irritabilidad, al igual que pérdida del interés y placer del adolescente en actividades normales. El médico buscará signos de trastornos psiquiátricos potencialmente coexistentes, como ansiedad, manía o esquizofrenia. Una evaluación cuidadosa del adolescente ayudará a determinar los riesgos de suicidio/homicidio, es decir, si el adolescente es un peligro para él mismo o para los demás.

La información de familiares o personal de la escuela con frecuencia puede ayudar a identificar la depresión en los adolescentes.

Tratamiento

Las opciones terapéuticas para los adolescentes con depresión son similares a las usadas para tratar la depresión en adultos. Los tratamientos pueden incluir psicoterapia y medicamentos antidepresivos.

MEDICAMENTOS

El primer medicamento considerado normalmente es un tipo de antidepresivo llamado inhibidor selectivo de la recaptación de la serotonina (SSRI, por sus siglas en inglés); Prozac con mucha frecuencia es la primera opción. NOTA: los SSRI portan una advertencia de que pueden aumentar el riesgo de pensamientos y acciones suicidas en niños y adolescentes. Los adolescentes y sus familias deben estar alertas con relación a cambios súbitos o incremento de pensamientos suicidas. Se debe hablar con el médico acerca de los beneficios y riesgos de tal medicamento.

No todos los antidepresivos están aprobados para su uso en niños y adolescentes. Por ejemplo, los tricíclicos no están aprobados para su uso en adolescentes.

TERAPIA

La terapia de familia puede ser útil si los conflictos familiares están contribuyendo con la depresión. También puede ser necesario el apoyo de la familia o los maestros para ayudar con los problemas escolares. Ocasionalmente, se puede requerir la hospitalización en una unidad psiquiátrica para los individuos con depresión grave o que están en riesgo de suicidio.

Debido a los problemas de conducta que coexisten a menudo con la depresión adolescente, muchos padres se ven tentados a enviar sus hijos a "campamentos de entrenamiento para reclutas", "programas educativos y terapéuticos de salidas al campo" o "escuelas de crecimiento emocional".

Estos programas, con frecuencia, utilizan un equipo que no es profesional y hacen uso de terapias de confrontación y castigos rudos. No existe evidencia científica que apoye el uso de estos programas. En efecto, hay un cúmulo de investigación cada vez mayor que sugiere que, en realidad, pueden lastimar a los adolescentes sensibles con depresión.

Los adolescentes deprimidos que reaccionan también pueden verse comprometidos con el sistema de justicia criminal y a menudo se recomienda a los padres no intervenir, sino dejar que "ellos experimenten las consecuencias".

Infortunadamente, esto también puede lastimar a los adolescentes a través de la exposición a compañeros que los desvían más y a una reducción de las oportunidades educativas. Una mejor solución es obtener el mejor asesoramiento legal posible y buscar tratamiento por su propia cuenta, lo que les da a los padres un mejor control sobre las técnicas y opciones que se utilizan.

Aunque un gran porcentaje de los adolescentes en el sistema de justicia criminal presentan trastornos mentales, como depresión, pocas prisiones juveniles, "campamentos de entrenamiento para reclutas" u otros programas "alternativos a la prisión" brindan un tratamiento adecuado.

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